Especialidades

A veces no sabemos ponerle nombre a lo que nos pasa. Sólo sentimos que algo no va bien. Esta sección está pensada para que observes si te identificas con algo de ello:

  • Trauma

    “Hay cosas que me marcaron. Otras nunca llegaron. Me cuesta hablar de ello, pero sé que está ahí.”

    El trauma es una experiencia profundamente negativa que altera la identidad y la capacidad de una persona para funcionar, bloqueando el desarrollo de recursos y creando un daño duradero.

    El trauma a veces es una situación crítica que afecta a nuestras vidas. Otras veces no se trata de lo que ocurrió sino de lo que faltó: el abrazo que no llegó, la protección que no hubo, la palabra que nunca se dijo. Estas son ausencias que dejan huellas profundas y silenciosas, pero persistentes.

    Las experiencias traumáticas fragmentan. Dividen nuestra historia en partes que se congelan, que se repiten, que se esconden para no doler.

    El trabajo terapéutico consiste en poder observar esas partes con compasión, en darles voz y empezar a integrarlas. No se trata de olvidar sino de aprender a sostener lo que dolió y desde ahí empezar a reconstruirte.

  • Heridas de infancia y apego

    “Siento que repito patrones en mis relaciones. Me cuesta confiar, poner límites, o no perderme en el otro.”

    Lo que aprendiste sobre el amor y el cuidado mediante tus vínculos más tempranos, puede transformarse. Nadie está condenado a repetir.

  • Duelo

    “He perdido algo o alguien importante para mí. No sé cómo seguir, ni si está bien sentir lo que siento y desde luego no quiero sentir esto.”

    El duelo necesita tiempo, espacio y acompañamiento.

  • Ansiedad

    “Mi mente no para. Mi cuerpo va por delante. Vivo en alerta constante.”

    La ansiedad no es debilidad. Es una señal de que algo dentro de ti necesita ser escuchado.

  • Estrés

    “No llego a todo, siento que todo me supera. Pero no sé cómo parar.”

    El estrés sostenido agota. Aprender a conectar con aquello que tu cuerpo quiere decirte, también es cuidar tu salud.

  • Autoestima

    “Me cuesta valorarme. Me exijo demasiado. No me hablo bien. A veces no sé si merezco lo que tengo.”

    Una autoestima sana se construye en lo cotidiano: en cómo te hablas, cómo te cuidas y cómo te sostienes cuando no todo va bien. Eso también se aprende.

  • Problemas emocionales

    “Hay días que no entiendo lo que siento. Me desbordo, me encierro, me pierdo.”

    Todo eso tiene sentido. No estás exagerando. Tu malestar merece ser comprendido.

Si te sientes identificado/a, puedo ayudarte

Cuento con especialización en:

  • Psicología Sanitaria.
  • Psicoterapia Integradora.
  • Terapias de Tercera Generación (ACT, Mindfulness).
  • Terapia Cognitivo-Conductual.
  • Gestión emocional y del estrés.
  • EMDR y Técnicas de Integración Cerebral.
  • Trauma y heridas de infancia.
  • Trauma y heridas de infancia.
  • Apego y relaciones.
  • Crecimiento personal .y autoconocimiento
  • Rupturas, crisis y transiciones vitales.
  • Procesos de duelo.
  • Ansiedad y pánico.
  • Consejo y orientación psicológica, y acompañamiento emocional para opositores a FFCCSE y otros.

¿A quién va dirigido?

Sobre Inspira

Especialmente a aquellas personas que atraviesan procesos de trauma, heridas de infancia o apego, problemas en sus relaciones, situaciones de duelo, ansiedad, estrés, desadaptaciones de la autoestima y problemas emocionales.

Saber más

Preguntas frecuentes

La terapia no es solo para “cuando ya no puedes más”, también para prevenir, ordenar lo que se mueve dentro y entenderte un poco mejor.

Sí. En INSPIRA se utilizan plataformas seguras, y se cuida especialmente tu privacidad y la calidad del vínculo terapéutico, que es lo que realmente sostiene el proceso.

Absolutamente. Todo lo que compartas está protegido por el secreto profesional y por la normativa vigente en materia de protección de datos. La confidencialidad no es solo una obligación legal, sino un compromiso ético profundo.

Sí, siempre que se avise con al menos 24 horas de antelación. Este margen permite reorganizar la agenda y respetar el tiempo de ambas partes. Si no se avisa con ese plazo, la sesión se considera realizada y deberá abonarse. Este criterio no es una penalización, sino una forma de sostener el compromiso terapéutico y cuidar un espacio que se reserva para ti.

Ese tiempo no se recupera. Si llegas con retraso has de salir a tu hora igualmente.

l avance no siempre es lineal ni inmediato. A veces se nota en pequeñas cosas: cómo te hablas, cómo te relacionas, cómo gestionas lo que antes te desbordaba. En consulta vamos revisando periódicamente el proceso, los cambios y los objetivos.

Es fundamental que sientas acogimiento y seguridad. Si no es así podemos (¡y debemos!) hablarlo abiertamente.

No. Cada proceso es único. Algunas personas acuden durante unas semanas, otras durante meses o en momentos puntuales y otras requieren de un proceso terapéutico más continuado en el tiempo.

No. Tú decides qué compartir y cuándo. La terapia no obliga a hablar de nada que no estés preparado para abordar. El ritmo lo marcas tú, y el acompañamiento se adapta a lo que necesitas en cada momento. Pero has de tener presente que para que el proceso sea efectivo, es fundamental establecer una relación basada en la confianza, la honestidad y la sinceridad.

Sí. Desde el modelo bio-psico-social, la terapia psicológica puede complementar el tratamiento farmacológico o psiquiátrico. En esos casos, se trabaja en coordinación con otros profesionales si tú lo autorizas. El enfoque es integrador y respetuoso con tu proceso médico.